Tipos de Cimentaciones Cimentaciones profundas Estas cimentaciones constan de elementos como pilotes, cilindros o cajones de grandes dimensiones (todos con funcionamiento estructural), y se emplean para transmitir eficientemente las cargas de la superestructura a los estratos profundos del terreno de apoyo. Se justifica su utilización luego de evaluar y concluir que el terreno no permite cumplir –económicamente- con los requisitos mecánicos fundamentales, utilizando cimentaciones superficiales, como en los casos de la existencia de suelos blandos, sueltos, y/o expuestos a socavación, típica de los cauces de los ríos.
Cabe aclarar que, geotécnicamente, se denomina pilote a un elemento prismático de cimentación profunda que transmite al subsuelo las cargas provenientes de la estructura y que, generalmente, se limita a un diámetro o ancho, igual o menor de 60 cm, y las pilas son elementos estructurales de cimentación profunda con dimensión mayor que la de los pilotes, con un máximo aproximado de 3 m. Sin embargo, para estar de acuerdo con la terminología utilizada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para referirse a los puentes, en este trabajo se denominará pilote al elemento de cimentación profunda de ancho de sección mayor a 60 cm que se cuela en sitio en perforaciones previas en el terreno; en caso contrario, se trata de un pilote hincado. Y se utiliza el término pila para referirse a la parte vertical de la subestructura que es generalmente visible, se encuentra al aire libre y apoya directamente a la superestructura. La utilización de la terminología de la SCT prácticamente está generalizada entre los constructores de puentes en México.
Cilindros y cajones de cimentación Estas cimentaciones consisten en elementos de concreto reforzado, de sección transversal cilíndrica, rectangular, elipsoidal o similar (hueco al centro de la sección, Figura 2.3) que se coloca verticalmente en el suelo de apoyo, utilizando técnicas apropiadas de excavación y retiro de rezaga. Básicamente, se trata de encontrar un estrato resistente bajo un depósito de suelo de propiedades mecánicas deficientes, con el fin de conseguir un apoyo satisfactorio a una profundidad práctica. Las profundidades económicas máximas que suelen alcanzarse son del orden de 65 m.
• Cuchilla cortadora de acero estructural (localizada en la parte inferior, Figura 2.3), es el elemento de ataque para cortar el material donde se va hincando. Antiguamente se fabricaban con una altura de 1.50 m y sección tronco-cónica para formar la transición entre la cuchilla propiamente dicha y la pared del cilindro o cajón; en la actualidad se han reducido a una pequeña sección de 30 cm de altura y la transición se hace de concreto, formando parte de la pared, (Foto 2.8).
• Pared de concreto reforzado (que constituye el cuerpo principal del elemento, Fotos 2.9 y 2.10), su resistencia suele ser del orden de 250 kg/cm2 y su espesor típicamente tiene entre 80 cm y 1 m. Este espesor de las paredes del cilindro se dimensiona básicamente para lastre, facilitando así el hincado. El diámetro exterior de los cilindros varía entre 4.50 y 9 m para dar un área interior suficiente que permita el funcionamiento del equipo de excavación, mientras que las secciones de los cajones llegan a medir hasta 10 x 15 m habiéndose hincado -como máximo- a profundidades de 65 m. Una función de las paredes (además de ser el ademe necesario para el procedimiento de hincado) es transmitir las cargas al tapón inferior. Anteriormente se dejaban tubos ahogados en la pared, con objeto de chiflonear o barrenar desde el brocal, el material de excavación, pero se han suprimido por la baja eficiencia que se obtenía.
• Tapón inferior (generalmente colado bajo agua), es construido a base de concreto simple con resistencia mínima de 200 kg/cm2. Debido a los, generalmente, grandes espesores utilizados (1.5 a 2 m) y al corto claro, éstos no requieren de acero de refuerzo. Al recibir el peso de la estructura, transmite las cargas al terreno y evita la penetración del cilindro o cajón en él (Figura 2.4). En la Figura 2.5 se ilustra el procedimiento de colado del tapón inferior con bote de fondo móvil.
• Relleno interior, en la mayoría de los casos, el cilindro se deja con agua hasta el nivel freático, y sólo en ocasiones excepcionales (cuando se requiere aumentar el peso o facilitar la construcción del tapón superior) se efectúa con algún material adecuado.
• Tapón superior, comúnmente se elabora a base de concreto reforzado con resistencia de 250 kg/cm2 y espesor variable de 1 a 3 m. Es el elemento que transmite a la pared, la carga de la estructura que sobre él se apoya (Foto 2.11). Este tapón sella el cilindro o cajón en su parte superior, después del colado del tapón inferior y de haberse efectuado las inspecciones requeridas en el interior del elemento.
El colado de concreto bajo agua, para construir el tapón final, debe ser objeto de especial cuidado para evitar contaminación del concreto o segregación de sus componentes.
Los cilindros y cajones de cimentación se pueden clasificar, atendiendo a su funcionamiento geotécnico y a la forma de construirlos, en cilindros y cajones de fondo abierto y, cilindros y cajones neumáticos (actualmente en desuso, Figura 2.6). A continuación se describen los métodos generales de construcción utilizados en México para proyectos de puentes sobre cauces de ríos.
La secuencia general del hincado de los cilindros o cajones de cimentación por el método del Pozo Indio en cauces con pequeños tirantes de agua o bien secos, consiste inicialmente en construir, ya sea un terraplén o bien, una excavación en el lugar de ubicación del cilindro o cajón. Cuando se tiene agua se construye un terraplén para evitar la utilización de forros perdidos (cuyo costo es demasiado elevado), y se realiza excavación cuando el cauce está seco, con nivel freático a cierta profundidad (puesto que su costo es bastante más bajo que el del hincado), después se nivela una plataforma de trabajo sobre la que se arma la cuchilla y se colocan los moldes y el acero de refuerzo para el colado de la sección tronco-cónica; colada y fraguada esta sección, se descimbra al alcanzar el concreto una resistencia suficiente y se inicia el hincado (el cual se suspende al llegar el borde superior o brocal, a una altura conveniente sobre el terreno que facilite la colocación de los moldes y el acero para el colado del siguiente tramo (Fotos 2.8 a 2.14 y Figura 2.7); en esta forma se continúa el ciclo hasta que la cuchilla llega al nivel de desplante necesario. Al terminar el hincado (y sólo en caso de ser necesario) se limpia el fondo y se cuela el tapón inferior con uso de tubo tremie, de manera similar a como se hace para pilotes (Figura 2.8). Cuando el concreto tiene la resistencia de proyecto se desagua el interior y se inspecciona para determinar el estado del tapón inferior y de la pared, procediéndose después al relleno del hueco y por último al colado del tapón superior.
Procedimientos de excavación utilizados para el hincado de cilindros y de cajones (cauces pequeños y medianos).
• Con labor manual: es una técnica primitiva, únicamente es factible cuando el nivel del agua dentro del hueco se puede controlar fácilmente, excavándose con herramienta manual y extrayendo el material desde la parte superior mediante un recipiente accionado por un malacate o draga.
Debido a que es lento y peligroso, se utiliza poco en la actualidad.
• Con eyector: consiste en inyectar aire a presión por un tubo de pequeño diámetro adosado a otro de diámetro mayor que se sumerge en el cauce hasta el fondo de la excavación, formando una corriente ascendente que arrastra el agua y el material así erosionado; su utilización está limitada a materiales no cohesivos como arenas y gravas de tamaño pequeño.
• Con cucharones de concha de almeja o gajos accionados por malacates o dragas: es el procedimiento más usual en México y consiste en dejar caer el cucharón abierto para que se encaje en el material, cerrarlo e izarlo para extraerlo (Figura 2.7 y Foto 2.15). Puede utilizarse en condiciones de cauce seco y con tirantes de agua.
• Con arietes: cuando el suelo tiene una dureza tal que no permite un trabajo eficiente con el cucharón, entonces se utilizan arietes rectos o arietes inclinados; estos están constituidos por elementos metálicos pesados, con punta en el extremo golpeante para romper o aflojar el material. El ariete recto sólo permite atacar el material que se encuentra en el área limitada por el perímetro interior, mientras que el ariete inclinado se utiliza para atacar el material que se encuentra bajo la sección troncocónica.
• Con bombas hidráulicas: en algunos casos la extracción por bombeo del agua en el interior del elemento favorece el hincado, ya que el retiro del agua facilita que a su vez el agua exterior al elemento fluya entre la pared y el material circundante, provocándose así, además de fuerzas de flujo descendentes que “lastran” al elemento, una lubricación que disminuye la fricción que se opone al hincado; para que esta medida funcione, se requiere que la cuchilla no esté apoyada en el material del fondo, es decir, debe existir caja bajo la misma, para que el cilindro o cajón pueda deslizar
• Con lastre: es un procedimiento que requiere la construcción de plataformas (o ménsulas) dispuestas en la parte superior o lateral del elemento para colocar sobre éstas, lastre; también requiere de caja bajo la cuchilla. Esta técnica es lenta debido a las dificultades típicas del montaje del lastre, y se utilizó en el Puente J. Tampico.
• Con chiflones de aire o agua: en esta técnica se utilizan chiflones colocados externa o internamente al cilindro, los cuales expulsan agua o aire a presión, ya sea dirigiendo al fluido hacia la parte interna, o bien, hacia la externa del elemento; en el primer caso, se trata de cortar o aflojar el material, siendo necesario utilizar buzos para guiarlos cuando hay tirante de agua; en el segundo caso, se trata de reducir la fricción entre el suelo y la pared, por lo que se requiere introducir el chiflón desde el nivel del brocal hasta cerca de la cuchilla, dirigiéndolo a lo largo de todo el perímetro. En ambos casos, es un trabajo lento y se requiere caja bajo la cuchilla.
• Con dinamita: se utiliza en dos formas, la primera para fracturar el material cuando es roca, o bien, suelo muy duro con boleos, requiriéndose de buzos para barrenación (o emplastamiento) cuando hay tirante de agua; la segunda forma se utiliza para producir una vibración que rompa la fricción.
Es necesario también, tener agua y excavación en caja bajo la cuchilla. Esta técnica es peligrosa y laboriosa de ejecutar, por lo que para su aplicación hay que extremar precauciones con el personal calificado de ejecución.
• Con buzos: se requieren en muchos casos, tanto para trabajos directos, como para inspección y verificación. Su tarea es lenta, cara, difícil y peligrosa, y, generalmente, en nuestro medio, estas personas no acatan las normas de seguridad que se requieren, lo que les puede ocasionar serios problemas de salud. Para profundidades mayores de 20 m se requiere el uso de una cámara de descompresión, de la cual muy rara vez se dispone en obra. En la actualidad, para trabajos de inspección ya se están utilizando cámaras de televisión.
Normalmente es necesaria la combinación de varias técnicas para el hincado de los cilindros y cajones de cimentación, siendo muy difícil dar reglas generales ya que la forma de hacerlo depende del tipo y condiciones de los materiales que se atraviesan, de la habilidad de los operadores de los equipos y del ingenio y conocimiento de las personas que están a cargo de los trabajos. Para facilitar y dar solución a los problemas que se presentan, hay que registrar una serie de datos y controles, tales como la naturaleza y espesor de los materiales en que se hinca, procedimientos y equipos utilizados, desplomes, sus correcciones, avances logrados en relación con el tiempo, entre otros.
No es aconsejable ni estructural ni geotécnicamente, dejar que el elemento se desplome y después corregirlo, ya que se provocan desalojamientos en su ubicación al pivotear sobre un punto de la cuchilla (Foto 2.16). La colocación de los moldes de un tramo debe hacerse con el desplome que lleva la parte construida (que es difícil de determinar cuando el hueco interior está lleno de agua), si se colocan verticales, se va formando una línea quebrada y llega a darse el caso que no es posible continuar el hincado por la curvatura que presenta el elemento. Cuando se está llegando al nivel de desplante requerido, los colados deben ejecutarse en secciones de poca altura, ya que puede no ser posible bajar el elemento hasta ese nivel, y en este caso tener que demolerle la parte sobrante.
Los problemas más difíciles en los hincados se presentan cuando en el subsuelo se encuentran grandes boleos que provocan desplomes al apoyarse la cuchilla del elemento sobre ellos (Foto 2.16) (lo que también sucede con los mantos rocosos inclinados), siendo indispensable para la solución, el trabajo de los buzos cuando hay tirantes de agua. Las arcillas duras también dificultan el hincado y, por lo común, requieren chifloneo por fuera de las paredes para reducir la fricción, así como el uso de arietes inclinados por dentro, antes de colar el tapón inferior (para despegarla de la sección tronco-cónica). Para evitar la fricción se puede disminuir la sección transversal a determinada altura de la cuchilla, rellenándose el hueco con bentonita -conforme se hinca el elemento- misma que se sustituye por mortero (o lechada de cemento) después de colarse el tapón inferior, para dar nuevamente confinamiento lateral. Esta situación puede provocar mayor problema durante el hincado a causa precisamente de la falta de confinamiento. En materiales no cohesivos hay que vigilar la formación de cráteres alrededor del elemento, los cuales llegan a provocar desplomes o que el equipo de excavación caiga dentro de ellos.
Por otra parte, los procedimientos de hincado de cilindros o cajones de cimentación en cauces profundos se pueden clasificar genéricamente, según se utilicen moldes recuperables (técnicas de colado bajo agua, técnica de moldes suspendidos y técnica con moldes sobre islotes), o bien, moldes perdidos (técnica de armar el elemento fuera del cauce y técnica de armar el elemento en el cauce). Las variantes esenciales están en la forma de la colocación inicial del cilindro o cajón y, el tipo de molde empleado. Se requiere además, la utilización de equipo marino (costoso y difícil de maniobrar).
A continuación se describe cada técnica de instalación.
1.- Con moldes recuperables
• Elementos colados bajo agua. Esta técnica consiste en la colocación simultánea de la cuchilla, moldes metálicos unidos por medio de tornillos (o pasadores) y el acero de refuerzo de la pared fuera del agua. Los moldes se suspenden mediante una grúa colocada sobre un chalán y se van sumergiendo hasta apoyarlos en el fondo (dejando sobresalir una longitud adecuada fuera del nivel del agua (Figura 2.10). Es conveniente, en forma previa, hacer una pequeña excavación en el fondo y sustituir el material por otro homogéneo y nivelar su superficie para evitar posibles desplomes al apoyar el elemento; luego se le colocan retenidas a diversas alturas (para evitar su desplome) y se procede a colar la pared bajo agua con los tubos “tremie” necesarios. Fraguado el concreto, se retiran los moldes, fijando previamente la parte superior para evitar su volteo, se cuela un cuerpo más con moldes recuperables, y después de su fraguado y descimbrado, se inicia el hincado (Figura 2.11). Mientras no se haya alcanzado una profundidad apreciable, hay que tener grandes precauciones para evitar desplomes, que son muy peligrosos en estas condiciones, puesto que fácilmente pueden caer, por encontrarse su centro de gravedad muy arriba del fondo.
• Elementos suspendidos. En esta técnica se van colando tramos de cilindro con moldes recuperables sostenidos por una armadura metálica (apoyada sobre chalanes separados) que permiten bajarlos hasta apoyarlos sobre el terreno. La armadura tiene integrados dos marcos, uno fijo y otro móvil; en el marco móvil se sostiene inicialmente la cuchilla, el acero y los moldes de la primera sección del cilindro mediante cables de suspensión que quedan ahogados en el concreto; después del colado, fraguado y descimbrado, se baja el tramo para permitir la colocación del siguiente, accionado el marco mediante gatos de arena. Con otros cables anclados en el marco fijo se sostiene la sección, liberando el móvil, que se sube a su posición inicial con gatos hidráulicos, se procede nuevamente a colgarle la sección terminada sobre la que se construirá la siguiente, liberando el marco fijo. Esta maniobra se repite cuantas veces sea necesario para llegar con la cuchilla hasta el fondo del cauce, entonces se realiza un colado adicional y la colocación de retenidas antes de iniciar el hincado para evitar su volteo.
Este sistema es caro ya que requiere chalanes y armaduras de gran capacidad, y únicamente se utiliza para elementos cortos, por su gran peso.
Nota: Los dos procedimientos anteriores presentan grandes riesgos y dificultades, y de ninguna manera deben ejecutarse en ríos con corrientes de gran velocidad.
• Elementos sobre islotes. Cuando el tirante no es muy grande, pero existe variación significativa de marea en el lugar donde se localiza el apoyo, se puede proceder a la formación de un islote que quede sumergido durante la marea alta (mediante ataguías o pilotes de madera zunchados. La cuchilla se arma sobre tierra en la orilla del cauce con una pequeña longitud de molde perdido; ambos estancos, se le coloca el acero de refuerzo, se transporta a la isleta flotándola durante la marea alta y se coloca en posición, fijándola con retenidas para evitar su movimiento; al bajar la marea, ésta queda asentada sobre el islote y se procede de inmediato al colado de la pared (con el fin de darle peso suficiente para evitar su flotación al subir nuevamente la marea), después se coloca un tramo de molde convencional, se cuela y se hinca iniciando nuevamente el ciclo.
2.- Con moldes perdidos • Elementos armados fuera del cauce. En esta técnica (sobre la cuchilla armada en un lugar cercano al cauce), se colocan y sueldan moldes estancos, el acero y los refuerzos necesarios para resistir la presión del agua a la profundidad que tiene el tirante en el lugar donde se va a colocar, se hinca dándole peso mediante llenado de la pared con agua, por lo que también es necesario reforzarlos para resistir la presión del agua hacia el exterior, después se excava a su alrededor para liberarlo del material adyacente y permitir la entrada de los chalanes que los transportan a su lugar. Para la aplicación de esta técnica, se requiere de mucha experiencia y criterio en esta etapa, ya que de las maniobras que se realicen depende el éxito o fracaso de la obra, pues fácilmente el cilindro o cajón, puede voltearse, debido a que:
1) su centro de gravedad está muy lejos del apoyo;
2) el material sobre el que descansa no es homogéneo;
3) puede encontrarse algún obstáculo bajo la cuchilla;
4) hay corrientes de agua que empujan contra la pared y erosionan bajo la cuchilla, entre otras.
A partir de aquí, se alternan los colados e hincados agregando moldes estancos perdidos, evitando que el concreto suba demasiado mientras no se disponga de un empotramiento que asegure su estabilidad; lográndose esto, se prolonga el colado en toda la longitud de los moldes perdidos, después se continúa un tramo con moldes recuperables y se inicia el ciclo, nuevamente.
• Elementos armados en el cauce. Esta técnica se utiliza cuando hay tirante de agua suficiente en la orilla del cauce. Se puede iniciar la construcción sosteniendo la cuchilla, la primera sección con molde estanco perdido y el armado de la pared mediante una grúa o draga. Debido a que en un principio su flotación es inestable, se prolongan los moldes y se hacen colados de poco volumen para irlo sumergiendo, dándole estabilidad y colocando su nivel de trabajo a alturas convenientes. Cuando ya no es posible continuarlo (por estar cercana la cuchilla al fondo del cauce), entonces se traslada a su lugar definitivo y se procede en la misma forma indicada que para el caso anterior.
Las maniobras descritas para la construcción de estos elementos en cauces con grandes tirantes de agua presentan dificultades (incluso desde la colocación de los elementos en su posición definitiva), requiriéndose para ello el uso de varios aparatos y personal experto avezado en estas maniobras, para asegurar la posición correcta de la cuchilla en el momento de colocarla (puesto que sólo se tiene un control directo del brocal y no del fondo), requiriéndose retenidas a muertos (o anclas) que permitan movimientos en cualquier dirección, ya sea del brocal o de la cuchilla, para lograr su posicionamiento correcto.
A continuación se resumen algunas prácticas de campo que son auxiliares en el hincado de los cilindros y cajones de cimentación.
Cuando hay tirante de agua, conviene en algunos casos que el nivel interior se mantenga igual que en el exterior. La excavación debe hacerse de modo que el elemento vaya descendiendo por su propio peso tratando de controlar los desplomes laterales. En cajones de celdas múltiples, se ayuda mucho a mantener la verticalidad excavando, alternativamente, en las diferentes celdas.
Al atravesar suelos muy blandos (o arenas y gravas de poco tamaño) puede usarse un eyector para retirar el material del interior, inyectando agua si fuera necesario, para mantener iguales los niveles dentro y fuera del elemento.
Una vez que el cilindro haya llegado a la posición final de proyecto (que debe haber sido siempre prefijada por el correspondiente estudio de cimentación y haber comprobado que el material excavado corresponde al indicado en el proyecto), se le cuela un tapón inferior, generalmente bajo agua utilizando el procedimiento de “tubo tremie”.
En las primeras etapas del hincado de los cilindros, deben extremarse las precauciones para guiarlos y que se mantengan en posición correcta. La excavación debe llevarse siempre adelante de las cuchillas de ataque, pero no conviene que las preceda demasiado o que se haga en forma desbalanceada.
El control de la verticalidad puede lograrse con dragado diferencial, enderezado por cables, gatos, principalmente, ayudando el hincado por medio de estructuras exteriores que le sirvan de guía. Los chiflones pueden ayudar también a este fin, siempre que la presión del agua sea suficiente para eliminar las causas del desplome, lo que suele exigir valores muy altos, del orden de 8 ó 10 kg/cm2.
Otro obstáculo frecuente durante el hincado es el que representa el flujo ascendente de agua en el interior de los cilindros, el cual puede hacer muy difícil el establecimiento de taludes razonables abajo y a los lados de las cuchillas de penetración o inclusive, provocar fallas de fondo. Los costales de arcilla utilizados tienden a estabilizar los taludes de la excavación y a restringir el flujo lateral, que suele ser el más dañino y abundante.
Los cajones neumáticos se utilizaban a principios del siglo XX, cuando el procedimiento de pozo indio convencional causaba pérdida del terreno alrededor del elemento, cuando la hinca vertical se veía impedida por obstáculos o cuando, en el caso de cimentaciones bajo agua, exista el riesgo de que materiales arcillosos o arenas finas fluyan bajo las cuchillas cortadoras hacia el interior.
Los cilindros presentan frecuentemente desviaciones de la vertical o de su posición en planta durante su hinca; cuando éstas exceden un valor estructuralmente permisible (a veces se dice que el centro geométrico de la sección del fondo puede desplazarse hasta 20 ó 30 cm sin causar problemas al funcionamiento estructural), puede utilizarse alguna de las siguientes técnicas correctivas:
- Excavar en el interior en el lado más alto, yendo ligeramente más adelante que en el lado que haya quedado más bajo, pero sin interrumpir la excavación en éste.
- Excavar en el exterior del lado que haya quedado más alto.
- Utilizar chiflones en el lado que haya quedado más alto.
- Jalar al cilindro en el sentido apropiado mediante cables apoyados en muertos.
- Lastrar en la zona apropiada. A veces es suficiente continuar con la construcción del cilindro del lado más alto y añadir peso de concreto en lugares convenientes.