La iglesia de Santa Mar�a se encuentra situada en la localidad de Piasca perteneciente al municipio de Cabez�n de Li�bana, en la Comunidad Aut�noma de Cantabria. Constituye uno de los m�s notables testimonios del arte rom�nico c�ntabro. Fue declarada Monumento Nacional el 4 de julio de 1930.


Apunte hist�rico

Inicialmente hubo un monasterio de incierto origen que pudo remontarse al siglo VIII o IX, de cuya existencia en 930 han quedado referencias documentales. Tambi�n se sabe que la abadesa Aylo estaba en 941 al frente de una comunidad mon�stica mixta o d�plice que se reg�a por la regla de San Fructuoso, y que ese siglo y el siguiente constituyeron una �poca de esplendor y engrandecimiento. No es de extra�ar que en el siglo XII se decidiera sustituir el viejo templo monacal por una suntuosa iglesia de estilo rom�nico que es la que ha llegado hasta nuestros d�as. Esta iglesia se dedic� a Santa Mar�a, seg�n consta en una inscripci�n lapidaria existente junto a la portada principal, el 21 de febrero de 1172.

En 1439, seg�n se afirma en esa misma inscripci�n, se realizaron obras de restauraci�n y reforma que afectaron a las naves y a sus �bsides, de forma que de la primitiva f�brica rom�nica s�lo persiste la parte inferior de los �bsides, la abundante ornamentaci�n escult�rica y las portadas. Tambi�n en aquella fecha se reconstruyeron las dependencias mon�sticas situadas en el ala oeste del claustro, siendo �stas las �nicas que subsisten parcialmente.

La l�pida a la que se ha hecho menci�n informa adem�s de que la dedicaci�n fue oficiada por el obispo Juan de Le�n, con asistencia del abad de Sahag�n, Don Gutierre, y del prior de Piasca, Pedro, y que fue el maestro de la obra un tal Covaterio.


La iglesia

Est� formada por tres naves de las que, como es habitual, la central es la m�s ancha. La nave central y la de la derecha rematan sus cabeceras mediante sendos �bsides de planta circular al exterior y poligonal al interior. La nave izquierda tambi�n tuvo en su d�a un �bside en simetr�a con el del lado opuesto, pero ha desaparecido y ocupa ahora su lugar una sacrist�a. Las naves se desarrollan en cuatro tramos de los que el primero es de igual anchura que la nave central, dando lugar a un transepto no ostensible al exterior.

Tanto las b�vedas de los �bsides como las de las naves y los cruceros son nervadas y de aspecto netamente g�tico, como corresponde a la �poca en que fueron realizadas (siglo XV), posterior a la de la f�brica rom�nica primigenia.

Posee un doble acceso: la puerta principal se abre a los pies de la nave central, en el imafronte; otra puerta de dimensiones m�s reducidas permite la entrada por el lado sur, siendo �sta la que comunicar�a anta�o con el claustro.


Las portadas

Son precisamente las portadas los elementos m�s valiosos y singulares de todo el conjunto por su riqueza iconogr�fica.

La portada principal, la occidental, est� formada por cinco arquivoltas ligeramente apuntadas, de las que la cuarta (contando desde el interior) es de molduras aboceladas, la primera, la tercera y la quinta presentan su dovelaje labrado con motivos vegetales, y, por fin, la segunda arquivolta va tallada con una variada muestra de figuras escult�ricas, tales como leones, cabezas humanas y de animales, dos parejas de m�sicos, etc. Las cinco arquivoltas no apoyan en id�nticos soportes: dos de ellas lo hacen sobre columnas de fuste circular, mientras que las otras tres descargan sobre �ngulos del muro cuyas aristas forman un cuarto bocel a modo de columnilla entrega. En todo caso, a uno y otro lado de la portada existen cinco capiteles y sobre ellos un cimacio corrido o imposta, muy decorada, que avanza por las jambas de la puerta. Los capiteles muestran espl�ndidas tallas de gran relieve de variada y magn�fica iconograf�a: dragones alados, centauros, grifos y toda suerte de animales mitol�gicos y quimeras, as� como una escena que pudiera ser �La Anunciaci�n�. Como nota de originalidad, uno de los fustes del lado derecho lleva labrada una imagen de San Miguel en lucha con el demonio.

Sobre esta portada se ha conservado de la fachada primitiva una peque�a galer�a de tres arcos ciegos, el central de medio punto y los laterales lobulados, que alojan dos tallas rom�nicas representativas de San Pedro -portando las llaves que le simbolizan- y San Pablo -con un libro en el que se lee �PAULUS�-, y otra del siglo XVI que muestra a la Virgen con el Ni�o en brazos.

De menor tama�o y m�rito, aunque no carente de inter�s, es la portada meridional, tambi�n llamada �puerta del cuerno�, que comunicaba el templo con el claustro. Dos arquivoltas de medio punto descansan sobre una �nica columna a cada lado, con interposici�n de un capitel y un amplio cimacio. Todo ello ornado con roleos, motivos vegetales y, cada dovela de la arquivolta interior, con diversas representaciones de figuras humanas.