Es nota com�n de los diversos periodos, el empleo del ladrillo como material constructivo, que se recubre con placas en los interiores o se esmalta. Se utiliza sistem�ticamente el arco y la b�veda, que es la principal aportaci�n de la arquitectura mesopot�mica, aunque se mantienen asimismo los sistemas adintelados, con madera. Son caracter�sticos los templos, con peque�a c�mara con ara delante, y en los que el elemento m�s caracter�stico es la zigurat o torre formada por terrazas a las que se ascend�a por rampas, de los que subsisten montones de tierra y trozos de los basamentos con bandas verticales formadas con los propios ladrillos. Se utiliza en el per�odo sumerio la tumba del corredor, con c�pula falsa, obtenida por aproximaci�n de hiladas, seg�n vemos en Ur, en el cuarto milenio. Los palacios son complejas construcciones, erigidas sobre terrazas, con varios patios y grandes salas estrechas, con terrazas en las que a veces se dispon�an jardines, comprendiendo, asimismo, dentro del recinto uno o varios templos, con sus zigurats. Eran propiamente ciudades como alc�zares, modelo que ha de ser seguido en otras culturas. Asimismo son importantes las organizaciones urban�sticas, de las que tenemos abundantes referencias, fundamentalmente de Babilonia. Persia En la arquitectura persa del per�odo aquem�nida se emplea el ladrillo y la piedra, fundiendo formas egipcias y mesopot�micas. Los edificios caracter�sticos son los palacios, (Pasargada, Pers�polis, Susa), edificados sobre terrazas, en los que son elementos caracter�sticos las puertas adienteladas que rematan como los pilonos egipcios (gola egipcia) con dos monstruos alados, de alas rizadas, con cuatro patas y no con cinco, como los asirios en los que se inspiran. Entre las dependencias que ofrecen como novedad el tener ventanas, a diferencia de la iluminaci�n cenital de los edificios egipcios y mesopot�micos, son caracter�sticas las grandes salas o apadanas, con columnas de piedra de gran altura, que originariamente eran de madera, con capitel formado por doble fila de volutas, de origen eolio, y dos torsos de toros arrodillados, en los que apoyaba la cubierta de madera. A este periodo aquem�nida corresponden dos tipos de tumbas: la de Ciro en Pasargada, en forma de ed�culo y en relaci�n con el arte de Asia Menor, y la de Dar�o, excavda en la roca (Naksh�-Rustem), como los hipogeos egipcios. Las construcciones sas�nidas, representadas por los palacios de Firuzabad, Sarvist�n y Ctesifon, son importantes, por el empleo del ladrillo, del arco y de los sistemas abovedados, singularmente por las c�pulas sobre trompas. En estos palacios ya aparece el iw�n, como p�rtico con un gran arco abierto a u patio, que veremos en el arte isl�mico.
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